Don Koldo

El otro día cuscuseando por la web, encontre este texto que me encantó. Está escrito por Iker Pedrosa.

Espero  que os guste….

TODOS LOS POLIEDROS Y MÁSCARAS DE SEDA

Es hermoso lo feo cuando lo cubre la tormenta: parece la oruga que se agita en la crisálida. Me gusta mi asquerosa ciudad iluminada por los rayos y la gente apartándose de las gotas de lluvia, arrimando el hombro al hombro del vecino. Don Koldo, a veces, se siente un poco poeta y mira a los ojos a las señoritas. Don Koldo les diría cosas  bonitas si tuviera la edad o el valor o si las señoritas invitaran a ello, estuviesen en edad de merecer o lo mereciesen.
Don Koldo hoy sólo verá la lluvia acompañada del lamento de un calor agobiante. Don Koldo piensa que es hermoso lo feo cuando lo cubre la tormenta; parece la oruga que se agita en la crisálida.
A pesar del calor y de la lluvia los niños juegan con la pelota, y a la tarde tomarán su fruta, la que no quisieron para desayunar. Los niños juegan en la plaza con el balón, balón que a veces molesta a algún que otro viejecito, pero sin malicia. A Txomin le divierte verlos jugar. Txomin les devuelve con zurda que no ha perdido su destreza la pelota.
– ¡Gracias señor!
Podría decirse que el Justito era de los tontos del pueblo el que más justa fama tenía. El Justito no era tonto porque sí: ocurre que la naturaleza tiene sus cosas. El Justito era un tipo singular, con ciertas carencias intelectivas, es verdad, pero quizá con un corazón de oro. La naturaleza tendrá sus cosas, pero tiende a compensar.
Una vezme apeteció beber y fui a comprar unas botellas a donde la Maite, que para qué hablar de flora y fauna.
Allí se encontraba el Justito, tranquilo, observándolo todo, apoyado en el mostrador. La dueña del local le dejaba estar, por qué no iba a hacerlo. Saludé, pedí, pagué yme despedí.
Hasta luego, caballero.
El Justito tiene el habla un tanto gangosa. Se despidió de mí con ese protocolo tan breve y conciso. Hace años el Justito no abría la boca sino para barbotar alguna que otra obscenidad más o menos graciosa, más o menos molesta. Debía haberse refinado. Hasta luego, caballero. Si en vez del Justito hubiera sido el Conde de la Fêre quien me dispensara ese trato no me habría sentido tan orgulloso. Está dejando de llover. Don Koldo, que tiene mucha imaginación, siempre que llueve se imagina catástrofes. Él no lo sabe, pero los magnates del cine explotan mucho para la pantalla sus mismas ideas.
Don Koldo no siempre fue Don Koldo. Forastero en su nueva tierra, su llegada a la tierra fue como la de Kaspar Hauser, una brusca caída, llegó hace mucho sin conocer a nadie, a pie, sin dinero ni nada. En una ocasión Txomin conoció al Justito.No se sabe muy bien cómo, quizá por un súper saiyan o por ciencia infusa, se unieron en un híbrido, en una sola persona. La gente supone que fue un hecho paranormal.Los menos, que fue obra de dios o del diablo, las posiciones estaban enfrentadas en un cincuenta por ciento, más o menos. De esa unión saló el tercer heterónimo,Koldo, que considera que elmovimiento es el espantapájaros del soñar despierto. Las crisálidas, princesa mía de ojos azules, hacen pensar en las personas como en huesos de melocotón que rebosan mundos.

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